En ese momento, su boca estuvo sobre la mia y no pude evitarlo. No solo por que era miles de veces mas fuerte que yo, sino por que mi voluntad quedo reducida a polvo cuando se encontraron nuestros labios.
Este beso no fue tan cuidadoso como los otros que yo recordaba; si luego iba a tener que pagar un precio por él, lo menos que podia hacer era sacarle todo el jugo posible.
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